Nueva Zelanda es una sociedad auténticamente multicultural que ofrece un entorno donde se sienten a gusto personas de todas las creencias.
Aproximadamente un 10% de la población es cristiana practicante y muchos de los feriados nacionales provienen del calendario cristiano.
La religión se percibe como una elección personal y las leyes sobre derechos humanos garantizan que no se discrimine por motivos religiosos. Las principales ciudades tienen iglesias, templos, mezquitas, sinagogas y otros centros de culto.
Los albergues estudiantiles y las casas de familia donde se hospedan los estudiantes pueden garantizar que se respeten los requerimientos religiosos en cuanto a los alimentos.
Las instituciones terciarias cuentan con capellanes que probablemente puedan oficiar de vínculo entre los estudiantes y los miembros de las comunidades religiosas locales. Este tipo de apoyo puede ser muy importante cuando te encuentras lejos de tu familia y de tu país.